Entre tierra y mar, donde árboles y flores tropicales se abren paso en aguas turquesa, surge un grupo intergeneracional de mujeres. En contraste con las demás figuras, la de la derecha tiene un aspecto espectral, siendo la única que parece estar iluminada por la luz nocturna.

Maia Cruz Palileo analiza su identidad filipino-americana en pinturas improvisadas que exploran lo que llama “el concepto permeable del hogar”. Partiendo de fotos de archivos personales e institucionales, así como relatos de su familia, Palileo habla en sus obras sobre la historia de la colonización, la migración y la asimilación, así como la resiliencia de los filipinos en relación con Estados Unidos. Sus sujetos, lejos de ser pasivos, tienen agencia. En Flores silvestres, las caras bondadosas, si bien difuminadas, y el espacio indefinido que ocupan las mujeres evocan el acto de recordar y dar sentido a nuestro pasado.