Los retratos de Riva Lehrer se centran en la comunidad discapacitada de la cual forma parte. Le interesa lo que llama “la ética de la relación que se establece en el estudio”, y sus retratos son actos colaborativos. Aquí dibujó a su amiga, la escritora Achy Obejas, cuando esta empezaba a quedarse sorda.

Aludiendo a la incipiente pérdida de audición de Obejas, unos fragmentos de texto emanan de una abertura en forma oreja. El flujo de mensajes, en inglés y español, remite a la vida erótica que la escritora ha documentado vívidamente. Los papeles flotan en la parte inferior, donde vemos, desde el mar, una costa. Una vitrina contiene rollitos de papel y una figura en un barco de cristal, recordatorio de que Obejas es una exiliada cubana.