Sobre una caja aplanada de productos agrícolas, Narsiso Martínez presenta en Cereza a un trabajador cosechando frutas. El diseño comercial y la imagen impresa de las cerezas rojas y pulposas contrastan con el dibujo a mano del rostro curtido del campe- sino, enmarcado por sus propias manos. Con un pañuelo sobre la nariz y la boca, gorra de béisbol y sudadera con capucha para soportar el tiempo inclemente, permanece anónimo, solo identificado por el número de serie en su mano izquierda. El nombre del producto en francés e inglés subraya la necesidad de su labor a través de las fronteras.

Con sus retratos sobre cajas de frutas, Martínez equipara el color marrón y la fragilidad del cartón con los obreros inmigrantes, vulnerables y a la vez indispensables. Martínez llegó a EE.UU. de adulto para hacer estudios universitarios y pagó su matrícula trabajando en la agricultura. Aquí también destaca a los obreros anónimos clasificados como “esenciales” por el gobierno federal, que mantuvie- ron abastecidos los supermercados y ayudaron a evitar el colapso de la industria agrícola en el apogeo de la pandemia.