En abril de 1988, el fotógrafo Bill Lemke improvisó un estudio en un estacionamiento durante un concierto de los Grateful Dead en Rosemont Horizon, Chicago. Con una cámara de fuelle de 4 x 5 pulgadas, hizo casi 160 retratos de los asistentes, entre ellos Glenn y su hija Jerusha. En años recientes, Lemke ha utilizado las redes sociales para localizar a sus modelos de entonces y los ha retratado de nuevo en el patio de su casa en las montañas Catskill para su serie Deadheads en América antes y ahora..

En este díptico que comprende un período de 30 años, Glenn y Jerusha posan frente a un telón que parece pintado en tie-dye. El afecto entra ellos parece el mismo a pesar del tiempo, prueba quizás del poder de la música —y el retrato— para recrear momentos pasados. A su vez, el fotógrafo reflexiona sobre las diferencias entre el laborioso proceso de revelar película de gran formato y la inmediatez de la fotografía digital.