Finalist
En 2014, cuando el joven de 18 años Michael Brown murió a manos de un policía en Ferguson, Misuri, DeRay Mckesson renunció a su trabajo para unirse a Black Lives Matter. Pasó 400 días en marchas y protestas, y se convirtió en uno de los líderes más prominentes del creciente movimiento. En este retrato, tomado por el fotógrafo Quinn Russell Brown, su expresión severa transmite su firme propósito de luchar por los derechos civiles y la justicia social. El chaleco azul, su prenda de vestir distintiva durante las protestas de 2014, enfatiza su activismo y su compromiso con Black Lives Matter.
El estilo sencillo y directo de la imagen concuerda con las tácticas empleadas por muchos activistas milenials. Mckesson y otros suelen utilizar sus propios cuerpos y las plataformas de las redes sociales como herramientas esenciales de protesta y cambio.