Aquí vemos a Chance y su hijo Gus forjando unas espuelas que Gus usará cuando monte su poni. La composición recuerda la pintura de género estadounidense del siglo XIX, que representa el Viejo Oeste con imágenes alegres e idealizadas de la vida cotidiana. Sin embargo, esta escena no tiene nada de nostálgica ni divertida. Al contrario, pone de relieve la dura realidad de generaciones de rancheros que trabajan arduamente en el oeste de las Dakotas.

Carl Corey ha documentado el mapa cultural de Estados Unidos durante décadas. Este retrato pertenece a su serie Rancheros del oeste de las Dakotas. Corey comenta que los modelos de su foto “están entre los últimos rancheros estadounidenses auténticos”.