Esta pintura evanescente pertenece a una serie de obras realizadas por Anne Harris en los años 2012 y 2013, todas con la palabra “invisible” en el título. Hace veinticinco años que viene creando retratos, y a menudo autorretratos. Estos últimos recogen su visión de su apariencia a través del tiempo, incluyendo imágenes de su cuerpo embarazado y, más recientemente, retratos que examinan el proceso de envejecimiento. Sobre estas pinturas, escribe: “Imagino que las sustancias se transmutan, que la carne puede ser aire, que el aire puede ser líquido, que la densidad cambia. De modo que la figura puede ser ‘vaciada’ en su envase, y el fondo que la rodea es una materia más densa que la sostiene en su sitio. O la pintura es una rebanada de aire, y todo en ella está formado por condensación; o todo es piel, empujando contra la membrana del plano de la imagen”.